¿Va el PSOE gallego camino del PSC?

Tras el varapalo recibido en las urnas en los últimos comicios autonómicos, el PSOE gallego (PSdG) parece querer volver en un futuro a reeditar el pacto con el BNG, pero prepararse a fondo para ello. Así parece desprenderse de las palabras del defenestrado megalómano Touriño, quien en un acto reciente en la Fundación Iniciativa 21, en el que aconsejó a sus compañeros de partido que marquen distancias con el PSOE nacional.

Durante su intervención, el presidente de los audis de lujo y los depachitos de virrey, habló en clave electoral dirigiéndose a socialistas y bloqueiros. El futuro pasa por un análisis a fondo y una apuesta por el «país».

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Primera Valoración del Gobierno Feijoo

Un año más tarde – escasamente un mes falta para que se cumpla el aniversario de los comicios gallegos de 2009 – el gobierno Feijoo obtendría una mayor victoria frente a un PSdG en retroceso y un BNG estancado por sus luchas internas. Así lo recoge el Barómetro de La Voz.

Sin embargo, ¡cuidado! Pues a pesar de los aparentes buenos resultados, el PP gallego recoge muchos menos votos de los que pierden el PSdG y el BNG. Y es que no hay que olvidar que temas como la elección del idioma en la enseñanza ya están generando los primeros descontentos entre los potenciales votantes de Feijoo.

Entre elección y elección pasan 4 años, y es periodo más que suficiente para crecer y decrecer en intención de voto muchas veces. Con un año escaso, el James Bond de la política gallega, que liquidó el 1 de marzo la carrera política de sus adversarios, parece que de momento no lo está haciendo mal del todo. Pero conviene no perder de referencia un hecho: En Galicia sólo hay 3 partidos con posibilidad de parlamentario y ahora mismo sólo hay 4 escaños entre la virtual victoria actual y la pérdida de la mayoría absoluta y regreso al bipartito. Y quedan 3 años… Que no es poco tiempo.

Feijóo subasta los audis del despilfarro

Feijóo está que se sale. Si el otro conocíamos la magnífica noticia de que al fin en Galicia se impone un poco de sentido común en lo que se refiere a las cuestiones lingüísticas, hoy abre la prensa con la puesta a subasta de 23 audis que la Xunta de Galicia no estaba usando y que en cambio le estaba costando al contribuyente sostener a razón de más de 15.000 euros anuales por coche. Es decir, un total 360.000 euros anuales. Lo que a buen seguro cualquier progre de pro considerará una menudencia. A mí me parece un robo.

Según parece Touriño incumple la Ley del Gobierno

El gobierno en funciones de la Xunta de Galicia ha puesto a la venta el cochecito leré de Touriño por 345.000 euros. Lo que supone no sólo una decisión precipitada y muy mal gusto desde el punto de vista político, sino que, además, es una violación de la Ley del Gobierno en lo que concierne a las atribuciones de un Ejecutivo en funciones.

El cochecito «MasqueObama» Style costó la friolera de 480.000 euros y yo lo llamo «MasqueObama» Style porque el señor Obama, presidente del gobierno de los Estados Unidos de América disfruta de un coche de 330.000 euros.

Toda la nocitia en: La Nación.

Touriño anuncia su dimisión

Estoy triste cual Pepiño. Touriño se nos va, se nos va Touriño. Ese gran hombre (grandes coches, grandes despachos, grandes vicepresidentes – y grandes amigos -) deja la Secretaría del PSdG, y se va, se va, se va… Y más que probablemente, nunca volverá…

Breve Análisis de Resultados de las Elecciones Gallegas


Es indiscutible la victoria del PP en Galicia
. Una victoria por mayoría absoluta y con un escaño de holgura adicional; pero ahora viene el momento de hacer unas cuantas consideraciones porque estos resultados dan para muchas lecturas y según desde donde se hagan puede uno agarrarse con fuerza a unas o a otras. Veamos paso a paso a lo que me refiero.

Para empezar, puede decirse sin lugar a dudas que una mayoría absoluta es éxito claro de Feijóo. Un éxito que refuerza la política de Mariano Rajoy. El PP en su conjunto ha salido reforzado.

Bien, es una lectura. Pero también se puede decir sin titubeos que el resultado desde un punto de vista histórico es un éxito moderado. Después de perder la presidencia, el electorado del PP tendría que haber estado rabioso por recuperarla (y lo estuvo, esa fue gran parte del éxito de movilización del PP de estas elecciones, y para la próxima lo estará el electorado del bipartito). Pero tendría que haber estado más rabioso aún. Haber ganado por tres o cuatro escaños de diferencia. Y no fue así. Lo cual no es un éxito si tenemos en cuenta que en las anteriores elecciones el PP había sido la fuerza política más votada muy cerca de la mayoría absoluta.

Sin embargo, visto en conjunto, el resultado ha sido magnífico. Feijóo tiene ahora una oportunidad dorada de consolidar y ampliar la mayoría y conseguir lo que desde la oposición no consiguió desde luego en el entorno rural: Ser conocido.

Sin embargo, la parte más problemática de esta victoria y la que va a dar más que hablar, sin duda, es la forma de conseguirla. Aparentemente, el mensaje de Mariano Rajoy de acercamiento a la socialdemocracia y la antipatía del liberalismo fundamentalista ha funcionado. El PSOE ha perdido un escaño en favor del PP y el BNG otro. No obstante esta primera impresión, no hay que olvidar el importante aumento de la participación. No se trata aquí de un trasvase de votos en un porcentaje de participación similar sino de un aumento de voto popular y un suave descenso – lo que una vez más nos recuerda hasta qué punto la población de izquierdas está dispuesta a tragar con lo que le echen (sillas, coches, despachos, adjudicaciones, yates, etc.) – del bipartito que no consiguió convencer y en cambio desencantó a algunos.

Finalmente, una vez más, se pone de manifiesto, la demagogia de la izquierda: A la derecha le favorece la abstención. Que es una forma malintencionada de decir que la derecha sigue en la dictadura y preferiría que la gente no votase. PUES NO. Una vez más, pues NO. Así de simple y de sencillo. La alta participación ha favorecido, de nuevo, al Partido Popular.

La caradura de Touriño

Touriño es mucho Touriño, y quien no le escuche atentamente, la lleva clara… Porque con su sonrisa de ídolo de quinceañeras promete consenso y paz y amor y sexo libre, y mientras, encaja con la izquierda un golpe bajo de división y confrontación que deja KO a cualquier peso pluma. Ese es Touriño. El Touriño que no se atreve a enfrentarse a Feijoo – Feij009, licencia para ganar-, en un cara a cara, y el Touriño que no quiere ni oír hablar de debatir con Quintana, con quien sabe que tendrá que volver a pactar -lo que por otra parte no le molesta en absoluto- y como el que grita asustado «vade retro, Satanás», se escuda tras un Feijoo inteligente y sensato para evadirse del compromiso de tener que defender el socialismo ante sus acólitos a dos días de tener que pactar con los separatistas. Así es Touriño, «el Presidente». El presidente economista que remodela despachitos y adquiere audis para su glamour presidencial mientras cada día hay más gallegos sin trabajo. Más de 180.000 cerraban el cuarto trimestre de 2008 y creciendo hacia el 11% – de las previsiones más optimistas- hacia junio del presente año. Sólo en La Coruña, más de 46000 personas están ya sin trabajo y no perciben ningún tipo de ayuda. ¡Desolador!

Pero para eso Touriño es perro viejo. No hay problema. Él se siente con fuerzas de seguir remodelando despachitos, y arruinando Galicia. No hay problema. Y para gente sin ningún tipo de análisis crítico es capaz de, en la misma semana, separarse del BNG, ofrecer consenso para todos y echarse sobre el PP acusándole de confrontación

Así lo ha dicho. Primero, que quiere más votos para no depender del BNG. Luego, que él ofrece consenso sobre el gallego y el estatuto y el pescado en conserva, y finalmente que el PP es el culpable y crispador de los mares. Es decir, que el consenso se lo está ofreciendo a aquellos de los que dice que quiere distanciarse. ¡Ay, Touriño, Touriño! Que yo ya sé que los que le escuchan están dispuestos a aplaudirle cualquier cosa que les diga… Pero aún así… ¡Disimule un poco, hombre de Dios! Pero lo que les decía, volviendo al tema. Que el consenso se lo ofrece a los mismos con los que ya está gobernando: Al Bloque, es decir, a los nacionalistas-independentistas. Los mismos que cuando Galicia Bilingüe fue agredida, salieron a decir aquello de «si merece la pena» enfrentamientos como los vividos en Santiago. ¡Que ya hay que tener caradura y no querer saber lo que es la vergüenza! Pues a esos es a los que Touriño les tiende la mano, y con los que quiere el consenso.