Algunos conceptos sobre democracia: Urnas, elecciones y democracia

Y sí, estamos en ese día. Cuando hay que explicar que las urnas no hacen la democracia y que la democracia no consiste en poner urnas y hacer elecciones cada 4 años.

Supongo que comenzamos difamando el esfuerzo y pasando de curso sin aprobar y nos acabó sirviendo todo y cualquiera para cualquier cosa.

La justicia. Esa continua y perpetua voluntad.

Las urnas son importantes, son fundamentales, de hecho, para que exista una democracia; pero, no son las urnas las que configuran la democracia, sino las circunstancias que concurren en torno a las urnas las que definen si las elecciones que se producen son o no democráticas.

Elecciones hay en China, y no es una democracia. Elecciones hay en Venezuela, y tampoco es una democracia. 

Democracia no es votar cada 4 años o hacer referéndum de vez en cuando. La democracia es un sistema complejo donde múltiples elementos conforman una estructura robusta que garantiza vivir con un grado de libertad como no permite ningún otro sistema político conocido.

Uno de esos elementos son las elecciones; otro, la participación ciudadana. Pero hay más. Y entre esos otros más están el imperio de la ley y la administración de justicia.

Lo de la ley en una democracia es un imperio y la propia ley, la emperatriz. La ley manda. Y la ley se aplica mediante el ejercicio de la justicia, esa constante y perpetua voluntad de dar a cada cual lo suyo. Lo suyo: lo que ha comprometido, lo que ha pactado, lo que la ley dice, lo que dicen los contratos que ha firmado; y, también, lo suyo es reconocer los derechos de los demás.

Es que los catalanes tienen derecho a decidir lo que quieren ser…

Sí, pero dentro de la ley. Y la ley nos recuerda a todos (catalanes incluidos) que los españoles también tenemos derecho a decidir qué queremos ser. Que la decisión unilateral sobre qué es Cataluña no es legal ni legítima, y no lo es porque Cataluña es una parte de España y sobre qué es España tenemos derecho a decidir TODOS los españoles.

Es que hay leyes que no se cumplen…

Si eso fuera así supondría, una de dos: O la obligación de hacerlas cumplir, trabajando para ello porque no hacerlo es delito; o la necesidad de considerar que son imposibles y por tanto no deberían ser leyes; pero, en ningún caso, esto es eximente de cumplir el resto de la legislación.

Es que es la voluntad del pueblo, que lo ha elegido en las urnas…

Es que por muy elegido que esté en las urnas no es democrático lo que es contra derecho. Ni es democrático ni legítimo un gobierno que contradice la ley, por muy elegido que fuera en unas urnas.

Es que son presos políticos…

Pues no, no lo son. Son políticos que están presos por, presuntamente, haber delinquido, y porque concurren en ellos circunstancias que aconsejan la prisión preventiva.

Son buenas noticias

Y todo esto que estoy diciendo son muy buenas noticias. Son las noticias que trae la democracia: El sistema más garantista de los derechos de los ciudadanos, de todos los ciudadanos. El único sistema político conocido que, con todos sus defectos, previene de los mayores abusos y despotismos, y evita que nadie sea pisoteado por nadie. Una gran noticia: Vivimos en una democracia. Y es para celebrarlo, y para cuidarla. Que no la regalan. Muchos la quisieran para sí.

 

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Bescansa, la edad de los votantes y el mantella y no enmendalla.

Ayer se popularizaron las declaraciones de Carolina Bescansa sobre sus ensoñaciones de su particular mundo piruleta: Si sólo votasen los mayores de 45 años, Pablete sería nuestro presi… ¡Ay, pobre Caro! Que su amado líder no es presi todavía… ¡Injusta es la vida!

La afirmación está más que contestada: Y si mi abuela tuviera ruedas (que decía esta mañana Carlos Herrera) sería una bicicleta… Y si sólo votasen los gatos, ganaría la Coalición de Gatos. Cosas que pasan.

Pero es que, además de estas declaraciones, la podemita se ha marcado un mantenella y no enmendalla de libro. Tuitea la ínclita su «fuente», del CIS.

Saca la mujer una tablita que nos remite al estudio 3117. Es decir, previo a las autonómicas gallegas. La tabla, de la que NO adjunta fuente exacta (esto es pregunta concreta de la que la saca) vendría a corroborar sus afirmaciones.

Pues bien, este que aquí les escribe se ha ido al Panel 3117, ha abierto el archivo CRUCES, ha entrado en EDAD y se ha encontrado con la siguiente pregunta, la 26a:

Pregunta 26a
¿Y podría decirme a qué partido o coalición votó?

Es muy interesante esta pregunta pues no arroja futuribles que se acaben materializando o no, como esas preguntas que indagan sobre la intención de voto, sino que pregunta a quién votó. Conclúyese pues, que salvo que el encuestado mienta, la respuesta habla de HECHOS consumados.

Pues bien, los hechos consumados que arroja el Panel 3117 del CIS, pregunta 26a del archivo de CRUCES son los siguientes:

TOTAL Edad de la persona entrevistada
De 18 a 24 años De 25 a 34 años De 35 a 44 años De 45 a 54 años De 55 a 64 años 65 y más años
PP 21,7 15,1 12,5 15,4 17,8 21,8 35,8
PSOE 23,0 18,2 18,9 20,2 23,8 26,8 25,4
Podemos 9,0 14,9 14,0 11,8 9,8 7,5 3,1

Link: Panel 3117, CRUCES por Edad. Buscar pregunta 26a.

Es decir, que salvo en la franja de 25 a 34 años, donde sí habría obtenido más votos PODEMOS que el PP pero, aún así, no más votos que el PSOE, Podemos obtiene menos votos que el PP y que el PSOE en todas las franjas de edad.

Yo no sé si el CIS es una fuente muy fiable o no. No voy a entrar aquí a valorar su trabajo, y tampoco sé de dónde saca la señora Bescansa sus datos, me da igual, no le voy a dedicar a esto más tiempo; pero se ve muy clarito que lo que Carolina Bescansa afirma y reafirma con tanta contundencia, como poco, como poco, no está tan claro.

PODEMOS: Puro elitismo y clasismo

Si una imagen vale más que mil palabras, este vídeo explica por sí solo qué es PODEMOS. Merece la pena verlo de principio a fin. En serio, merece y MUCHO la pena.

Es verdad que el chico de gafas que aparece en el vídeo, además de ser un maleducado que una y otra vez le está diciendo al otro «si me dejas hablar» en cuanto éste le empieza a contestar, no lleva ningún distintivo que lo identifique como podemita, pero creo que queda claramente constatado por sus planteamientos políticos que es de la órbita «intelectual» de PODEMOS, o MAREAS o AHORAS o cualquier otra marca blanca del partido chavista.

Si ya de por sí la acusación que pretendía el podemita es tremenda: Os echaron de Venezuela por ser ricos. ¡Semejante delito el de ser rico! Lo espeluznante es el convencimiento ciego con el que ataca al venezolano: Él lo sabe. Sabe perfectamente lo que es y lo que no es. Lo sabe. Lo propio del fanatismo más totalitario. Da miedo.

Pero es que PODEMOS es así. En noviembre de 2015 publicó El Español un análisis de los últimos datos que arrojaba el CIS sobre intenciones de voto.

Los datos mostraban los siguientes hechos con claridad incontestable sobre el votante de PODEMOS: Es joven, de clase social media, media-alta o alta y con un alto poder adquisitivo.

Intención de voto según ingresos

Así que, los del austericidio, el resKate ciudadano (con K de oKupas), los de la emergencia social, en fin, ya saben, el cambio, el otro mundo es posible, la alternativa, son lo que parecen: Pijos totalitarios, con título sí, ¿pero hasta qué punto significa algo tener un título cuando tu profesor puede ser el «rico» Pablo Iglesias?

 

La ciudadanía no puede equivocarse

Lo habréis oído. Como un millón de veces. O dos o tres. Los ciudadanos no se han equivocado al votar. La ciudadanía es sabia y ha expresado su voluntad. Os suena, ¿no? Porque no será que no lo han repetido. La ciudadanía, o sea, nosotros (que no ellos, ya sabéis, los políticos no son ciudadanos, ¡deben de ser villanos….!), no podemos equivocarnos, porque somos sabios y hemos expresado nuestra voluntad.

Mano metiendo el voto en la urna

Y nos lo dicen todos los políticos. Y nos lo dicen los intelectuales de medio pelo, los de pelo entero y hasta los graciosillos de la clase, que nosotros no nos hemos equivocado. Son ellos, los políticos que son tontos y malintencionados y sólo se preocupan por su silla, los que no nos resuelven nuestros problemas. Y desde luego que es su culpa, porque nosotros, por supuesto, hemos votado a sabiendas, sopesando los pros y los contras, conociendo cada recoveco de los programas que nos proponían y hemos votado en conciencia, conscientes de cada acto de cada político que votamos, porque los habíamos escudriñado con lupa y microscopio durante 4 años. ¿O quizás no?

Ver con lupa

Tal vez tampoco es que el sistema, el pérfido sistema, lo favorezca. Al fin y al cabo votamos listas cerradas, precocinadas como las hamburguesas: Listasbasura enlatadas que nos preparan para engancharnos en las tardes de vísperas, cuando durante 15 días nos torturan con esas cosas que llaman campañas, y que nos cuestan cientos de millones de euros, en las que los partidos pagan a un montón de gente para que las calles acaben llenas de fotos con sus caras y los medios saturados de entrevistas que nadie lee más allá del titular. Pero los conocemos a todos. Sabemos todo lo que han hecho y cómo lo han hecho. Porque durante 4 años nos acercamos cada semana, religiosamente, a las webs corporativas de nuestro consistorio, de nuestra comunidad y por supuesto de la La Moncloa, para supervisar la acción de gobierno y hemos llenado los emails de contacto de sugerencias e interpelaciones, recabando información.

Lo sabemos todo. Cada coma y cada punto lo tenemos en su sitio. Y no puede ser de otra forma, porque tras cada medida que aprobaba el gobierno de turno, hemos ido corriendo a por nuestros apuntes de econometría para evaluar adecuadamente la idoneidad, eficacia y efectividad de las medidas aplicadas.

Sabemos, sin dudar, que Israel, Palestina, USA o Rusia o China son los buenos o malos de una película de vaqueros. Y sabemos que no nos equivocamos, que la crítica de la peli, nos la escriba el ABC, la COPE, La Sexta o El País, es la certera. Lo sabemos. Sin margen de error ni duda.

John Wayne. B/N.

Y es que nunca nos equivocamos, porque sea de medio ambiente, de educación, de economía, energía, sociedad de la información o sanidad, nuestros conocimientos alcanzan. Es escuchar un discurso y saber discernir con claridad las buenas ideas de las malas. Sin más.

Somos tan infalibles que votamos a políticos idiotas e incompetentes por diversión. Porque si fueran competentes e hicieran bien su trabajo, con dedicación y honradez, la política no sería un circo y no tendríamos motivos para indignarnos ni para resolver el país a golpe de puñetazo sobre la barra de un bar cada lunes por la mañana, tras nuestra magistral lección de fútbol que no escuchó el entrenador de nuestro equipo, porque si lo hubiera hecho, sin duda habría ganado el partido.

Y es que a los ciudadanos, ya saben, a los otros, les encanta que los traten, no como a niños (a los niños les encanta que los traten como adultos), sino como a retrasados, que no dan más y a los que hay que descargar de toda responsabilidad. ¡Se van ellos a equivocar, pobrecitos!

El voto de un liberal

Tras la campaña en la que menos partición he tenido de toda mi vida, hoy día de reflexión os dejo un artículo de Daniel Lacalle que resuelve perfectamente cualquier ejercicio de reflexión que pudiese necesitar.

 

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¿Qué vais a hacer para ganarla?

Es cierto que ayer, 13 de junio de 2015, se constituyeron los ayuntamientos más vergonzantes de nuestra historia democrática. Comunistas y antisistema copan los consistorios de muchas de nuestras poblaciones: No sólo Madrid o Barcelona, sino también La Coruña, Ferrol o Cádiz. Por sólo mencionar algunos casos.

Pero no es cierto que todo eso ocurriese ayer. Ocurrió hace muchos años. No comenzó en 2014 o 2013 ni en 2011, ni siquiera un 11 de marzo de 2004. Comenzó antes, mucho antes. Si queréis un día tachado en el calendario, no lo hay. No hay un año exacto ni una medida concreta que inicie todo. Es una sucesión encadenada de hechos ignominiosos que transitan el camino hacia el desorden y la marabunta y que aleja a sus transeúntes de los espacios del esfuerzo y la responsabilidad: Un día se socava la autoridad del maestro, otro día se le dice a la gente que todos son genios en potencia, pero es el mundo quien no los entiende, al siguiente se menoscaba la autoridad de la policía y se los criminaliza y se vitorea a los responsables de perpetrar terrorismo de estado, otro día se le dice a la gente que no tiene que asumir sus responsabilidades, otro que está bien matar a seres humanos indefensos cuando aún están en el vientro de sus madres (que qué más da, ¡tu cuerpo es tuyo y el suyo también!) y al final se acaba llamando «asesino» al gobierno que vela por seguridad nacional, y dando todo tipo de coartadas a los terroristas que asesinan. Y así.

En todo caso, hemos llegado a donde estamos, para mal sin duda. Y es normal que la gente de bien que lo único que quiere es poder ganarse el pan con su trabajo esté preocupada por el devenir de los acontecimientos. Son normales las declaraciones desoladas y compungidas de quienes se ven abocados a sufrir los desgobiernos de aquellos que quieren hacer saltar por los aires el sistema. Pero, como lamentarse no sirve de nada, yo os hago una pregunta directa: ¿Qué vais a hacer para cambiar la que se avecina?

La democracia, la libertad, los derechos individuales y la prosperidad han perdido una importante batalla este junio, pero no fue en junio, fue en mayo, de hecho mucho antes. En septiembre o en noviembre o cuando sea que se celebren las elecciones generales se proclamará al vencedor. Y si las hordas antisistema avanzan, el invierno vendrá mucho más crudo de lo que ya de por sí se presentaba. La cuestión es que no será en noviembre, la batalla ya se está librando. Así pues, ¿qué vais a hacer para ganarla?

ETA vuelve a presentarse en las elecciones

Si les parecía poco tener chavistas intentando hacerse con el país, encima ahora aparecen los malnacidos de ETA para decir no sé qué babosadas de superar el conflicto.

Verán, señores asesinos: Les den por peor les entre. Si ha habido un banda terrorista en España han sido ustedes, y si han visto que ha habido intrusismo en su negocio, ajusten cuentas con quienes les hayan competido el terreno; pero a mí, déjenme en paz. No ha habido ningún conflicto, sólo que a ustedes les ha ido muy bien matando y extorsionando, y encima quieren tomarnos a todos por idiotas. Yo comprendo que viendo la bajeza moral de las clases dirigentes a veces se lo pongan demasiado fácil para pensar que todos somos iguales; pero no. A mí ustedes me dan asco. Por mí estarían todos entre rejas, y además perdería la llave.

¿Que se están desarmando desde 2014? ¿Y lo dicen ahora? ¿Quieren pedir el voto para alguien en particular?

Todo esto podría causar más repugnancia, pero de verdad, que es bien difícil imaginar cómo…

Galicia ante las próximas citas electorales. Sondeo de intención de voto.

Según el sondeo publicado ayer por La Voz de Galicia, el PP perdería 11 concejales en Galicia en los próximos comicios municipales entre las siete principales poblaciones gallegas. El gran tortazo sin duda se lo pegaría en Vigo donde, según Sondaxe (empresa que elebora el sondeo), el PP caería desde los 13 concejales hasta los 8. Y para contrarrestar la pérdida está Orense que pasaría de 11 concejales a 12 tras la próxima cita electoral.

Por su parte, el PSOE cae en las 7 grandes 8 concejales. En el caso del BNG el descenso sería de 6 concejales. Caídas que aunque parecen más suaves son en realidad mucho más graves que la del Partido Popular, pues hay que recordar que tanto el PSdG como el BNG no consiguieron presentar listas en varios municipios gallegos: 14 el PSOE y 55 el BNG. Así que, estos datos parecen reforzar la tendencia a la desaparición de estas formaciones. Especialmente, el BNG que, como todos sabemos, pasa por horas muy bajas.

Sin embargo, los peores augurios para los miembros de los partidos clásicos se anuncian para las generales. El Partido Popular perdería entre 10 y 20 puntos porcentuales en las 7 grandes. Siendo La Coruña con sus apenas 10 puntos porcentuales de caída la plaza donde mejor resistiría el envite. PSdG y BNG seguirían idéntica tendencia en favor de los nuevos partidos: Podemos y especialmente Ciudadanos, que salvo en el caso de Ferrol y La Coruña, adelanta a la formación bolivariana-nórdico-zapaterista de «Pablito» Iglesias (que diría Sir Paco Vázquez).

Pero ojo, ojo, porque vienen curvas; y los nuevos partidos empiezan a quedar retratados por sus hechos y sus palabras aún antes de que gobiernen, y por las encuestas.

Ahí tienen ustedes el caso de La Coruña. Vean el gráfico. En el municipio donde el PP sólo pierde 1 concejal, el PSOE pierde 2, el BNG pierde 3 e IU que tenía 1, como tal desaparece. CIUDADANOS gana 4 y la MAREA podemita (no sé qué manía tiene esta gente con aglutinar nombres y siglas en vez de usar «Podemos» en todas partes) obtiene 3. Echen cuentas, que no es difícil. El trasvase de votos es muy claro. Algunos deberían hacérselo mirar antes de depositar su voto. Protestar está muy bien, pero parece sensato no hacerlo arrojando piedras contra el propio tejado.

Sin más. Sólo con los grandes datos de este sondeo se pueden obtener conclusiones muy interesantes. Y sí, no son más que sondeos pero reflejan muchas intenciones.

Fichajes electorales: Daniel Lacalle por Esperanza Aguirre

Hubiera sido mejor que fuera «Daniel Lacalle por el Partido Popular», pero a cada uno lo suyo. El fichaje, más emérito me imagino y me temo que operativo, es por Esperanza no por Mariano; y la purga en el Partido Popular de la comunidad de Madrid ya ha comenzado. A Esperanza Aguirre la han movido al ayuntamiento con una doble finalidad:

Intentar ganar la capital que sin ella estaba perdida y aprovechar la oportunidad para purgar a tanto libertario del PP de Aguirre, de esos que tanto molestan a Mariano. Y esto vaya con especial cariño para todos los revisan posts antiguos en busca de confirmaciones sobre mi persona (¿Y es, es…? Sí, soy, soy): Gente que se empeña en hacer un partido de mínimos en vez de máximos, gente que expulsa a gente porque le sobran votos. Esa gente.

Pero Mariano no es así, del todo. Ha tenido el acierto de colocar a Esperanza Aguirre para el ayuntamiento; y como no, Cifuentes para la comunidad, para seguir limpiando el partido. No, no me malinterpreten. No tengo nada en contra de Dña Cristina, es más me parece de lo más limpio y honesto que hay en el PP actual; pero no descubriré nada nuevo si les digo que con Cristina Cifuentes tiene un perfil muy distinto a Dña Esperanza. Y que conste que en algunas cosas puede que hasta mejor, porque la Aguirre temperamental, cual miura sobre periodistas y cualquiera que le lleve la contraria, recuerda a veces a aquel Fraga que entraba en tromba sobre los temas como un elefante que avanza decidido por una cacharrería; y en esto la señora Cifuentes es mucho más templada, lo cual puede ser algo más aburrido, pero también gana uno en tranquilidad.

La jugada, por otra parte, es muy del estilo de Mariano: Poner a Esperanza en la picota. Si gana Esperanza, se apuntará el tanto y seguirá la estela esperancista, soltando de aquí a las elecciones algunas frases libertarias y algún que otro regalo para los oídos de los electores decepcionados. Si pierde, justificará su arrinconamiento. Gran jugada, Mariano.

El problema, como ya dije en su momento, es la credibilidad. La cuestión a estas alturas, y es algo que el PP no parece entender, no es que la economía no vaya bien, o que pudiera ir peor, o que haya brotes verdes o no los haya. La cuestión es que el PP alzó su victoria sobre la esperanza de una regeneración completa de la vida pública. Un saneamiento de las cuentas y las instituciones. Una promesa de sacrificio compartido, pero que llevaría no sólo a la derrota de la crisis y la superación del lastre de la herencia económica del zapaterismo; sino además a una España que aspirase a ser grande, una gran potencia mundial. Y lo que se ha visto ha sido un incumplimiento masivo del programa y las promesas electorales del Partido Popular aderezado con el fantasma de una corrupción galopante. Y sí, digo bien: Fantasma. Porque los juicios del célebre Gürtel aún empiezan ahora. Veremos en qué queda. Que con estas instrucciones milenarias, pareciera ya que media España sea corrupta, y aunque las elecciones andaluzas parezcan corroborarlo, no tenemos porqué asumir que sea extrapolable.

¿Que hay brotes verdes? Los hay; pero jugar de esta manera con las esperanzas de toda la gente decente de España que estaba dispuesta a apretarse los cinturones lo que hiciera falta para sacar al país del agujero, tiene premio. Y el premio es la falta absoluta de confianza en Mariano Rajoy y en todo lo que de él venga.

Mientras el PSOE seguía regenerándose con su spin-up podemita, que cae en picado en índices de audiencia, todo lo que turbaba la paz de espíritu, el buen puro de Mariano, es un tal Albert Rivera: La gran esperanza blanca de un número cada vez mayor de españoles. De ahí que la artillería popular apuntase a Ciudadanos.

Lo malo es que ahora Esperanza Aguirre ha hecho una declaración de principios con nombre propio: Daniel Lacalle. Así que ya son dos las preocupaciones de Mariano. La una, Ciudadanos, la otra que Esperanza gane el ayuntamiento tan a su manera como siempre, o más; porque se ve Mariano diciendo cosas…. Como que hay que bajar impuestos, o que hay que recortar burocracia (imagínense eso en el año en que se ha hecho un ofensiva por el voto tan audaz como original: Convocatoria masiva de plazas públicas). Mariano suda. Se masca la tragedia; y con razón.

Porque el caso no es que Mariano le cueste decir lo que crea que hay que decir para ganar unas elecciones. El caso es que lo que le toque decir sea lo mismo que ya dijo y no cumplió…. Ese es el caso. Que la gente te es muy mala Mariano, te es muy mala. Y a Susanita la han elegido porque reparte; pero ahora mismo mientras toda España tiene claro que Andalucía la macro-red clientelar de los ERE y los cursos de formación repartía dinero, en el Partido Popular la gente piensa que se lo ha quedado todo un tal Bárcenas y quizás unos cuantos jerifaltes más. Yo que tu, Mariano, ponía el ventilador a funcionar a tope. Pero a tope. Contra tu partido. Cuantos más corruptos se vean, más repartido se percibirá el pastel…. Quizás así te salves…

El bipartidismo que nunca fue y el cambio que no se produjo

ME FLIPA la capacidad que tienen los medios de fijar una idea en el imaginario colectivo. «Ha llegado el cambio» han sentenciado, como quien dicta una ley. Y se han quedado todos tan a gusto como el que se tira toda la tarde a la bartola a contemplar las nubes, o regalar la Tierra al viento, o se va de weekend con sus amigos revolucionarios.

Antes de seguir vaya por delante que si yo fuera la juez Alaya, pedía una excedencia vitalicia y me dedicaba a vivir de los idiotas, porque sea dicho bien alto y claro: Lo de los andaluces ha sido indecente, bochornoso y de cambiarse la nacionalidad corriendo, no sea que a uno lo confundan con uno de ellos.

Ayer, como ya todo el mundo sabe a estas alturas, se han proclamado dos verdades: Que el bipartidismo ha muerto y que el cambio se ha producido.

Pero la realidad se impone una vez más y la única verdad que cabe es la que se ajusta a los datos:

El bipartidismo que nunca fue no se ha roto: El 73% de todos los representantes de la cámara siguen siendo del PSOE-PP.

El PSOE con sus 47 parlamentarios está en el típico, manido y repetido escenario de la política española de pactos. A 8 de la mayoría absoluta necesita pactar. Nada nuevo bajo el sol electoral. Uno de los grandes rozando la mayoría y necesitando venderse a un grupo pequeño.

3º ¿Qué cambio dicen que se produjo? Si los dos grandes partidos siguen acaparando el 73% de los representantes, ambos han sido los más votados con clara diferencia (el PP, que ha conseguido menos parlamentarios, dobla con holgura la furia podemita), si el escenario sigue absolutamente copado por la izquierda (¿qué partido de derechas dicen que hay ahora en el parlamento andaluz?), y las alternativas pasan por la socialdemocracia light o el socialismo o comunismo retrógrado, ¿dónde está el cambio? ¿Que es lo que había antes distinto a esto?

4º Ahora hay más siglas en el parlamento andaluz. Ok. Vale. Novedad. Hay más. ¿Y? Eso es bueno, sin duda, para los que han conseguido entrar en él. Para los ciudadanos, a priori ¿en qué les mejora la calidad de vida a los andaluces? Salva únicamente la esperanza que entre los nuevos está Ciudadanos, el partido – ya saben – que dicen que huele a Nenuco. Veremos qué da de sí (en cualquier caso, más izquierda).

Así que conmigo no cuenten para el rollo este de aplaudir un cambio que no se ha producido. Lo dije ayer en el Twitter y me mantengo: España no ha hecho más que avanzar en su peregrinaje por el desierto. Peregrinación que termina en un barranco.

Hay que tener algunas ideas muy claras a estas alturas de la película: A un pueblo que no ha conocido más que la corrupción no se le puede pedir que aspire a ser libre. Lejos siquiera de sonarle rara o incómoda la idea, le suena perversa. Alguien dijo una vez que quien se alejaba de la lógica, ya no sabía lo que era lógico y lo que no. Quien se aleja de la ética, no puede reconocer el valor de la libertad, ni nada de lo que va asociado a ella.

Hay una película, La Leyenda de Bagger Wance, ¿se acuerdan? En Andalucía, en España en general, hay muchos buenos vecinos que prefieren quedarse dignamente en sus casas cobrando una pensión a coger una escoba y barrer las calles.

En cuanto al PP, ¿qué quieren que les diga? En un país normal, hoy Mariano Rajoy estaría expulsado del partido. Bueno, en un país normal lo hubiera estado ya hace tiempo; pero en fin, ya no pide uno tanto. Pero ahí seguirá. ¿El resultado? ¿Y cuál esperaban? Se dedicaron a echar a los liberales, luego a los conservadores, últimamente anduvieron a piñas con los democristianos… ¿Quienes les podía quedar que les votasen? ¿Socialistas? ¿Votando al PP cuando encima pasa por horas bajas de méritos económicos y la corrupción rampante campa a sus anchas por las sedes populares? ¡Hombre, no! Porque socialistas centristas los hay. Y que alguna vez votaron al PP los hubo. Pero con el patio como está… Pues tienen el resultado que han tenido. Que por cierto, se diga lo que se diga del sr. Moreno: Enhorabuena, tiene 1.064.168 votos. Y no es para no celebrarlo, porque tal como lo echaron a los leones, nadie hubiera dado uno solo por él, y hoy pasa del millón. Mi más sincera enhorabuena, lo digo en serio. Bastante ha hecho. ¡Pobre hombre!