El PSOE de San Sebastián promueve una iniciativa anticatólica. El lema, de una vulgaridad extrema, dice tal que: «Fuera los rosarios de nuestros ovarios«. Yo, la verdad, no sé dónde se meten los rosarios esta gente… Ni qué clase de micro-rosarios usaran para que les quepan en el tamaño de un ovario…!!! Pero dejando estas cuestiones irrelevantes al margen, lo cierto es que resulta muy curioso ver cómo el PSOE se preocupa tanto de la laicidad de las instituciones al tiempo que financia páginas islamistas, las mismas que, por cierto, «ADVIERTEN» del riesgo de un nuevo 11-M.
La iniciativa es una revista llamada «Feminismos» que, según parece, pretende ser laicista. Se dice en ella que «la laicidad no es antirreligiosa», pero al mismo tiempo atacan a la religión por su «“afán por controlar la vida, los cuerpos y las sexualidades de las mujeres». Yo creo que dicho afán (aceptando que exista, que es mucho aceptar) alcanza por igual a todo ser humano. Pero se ve que no, según esta gente…
Esta gente que no parece haberse enterado de lo que ha dicho Estrasburgo, o sí se han enterado y por eso vuelven a ello. La cantinela además de repetida resulta ridícula. En la revista, por ejemplo, se establece que existe una discriminación a la hora de dar clases de religión… ¡Claro! Imagínense. Para dar clases de religión católica, ¿por qué habría de un obispo decidir quién está capacitado y quién no? Cuando consigan explicar de forma coherente que esto supone algún tipo de discriminación, que me lo expliquen. Estaré encantado de leer algún argumento para variar.
Pero todo esto no es más que una muestra, un botón más de lo que ocurre en España desde que el partido de la muerte alcanzó el poder en 2004. Sí, el partido de la muerte. A mí es que no se me ocurre otro nombre mejor para el PSOE actual. Repasemos:
- La Ley de la Memoria Histórica, cuyo principal oficio es resarcir el daño causado a los MUERTOS durante la guerra civil.
- La Ley del Aborto, cuya misión es facilitar las posibilidades, y por tanto promover, el asesinato de los no-paridos.
- Las negociaciones con ETA. Más allá del fin perseguido no deja de ser negociar con el diablo, con la muerte, en su expresión más terrorífica.
- Los bombardeos sobre Libia. De los que se podrán decir muchas cosas, pero desde luego lo que hacen es MATAR.
Así que… No se me ocurre ninguna buena razón para no llamar al PSOE el partido de la muerte.
Pero dejando esta digresión al margen, volvamos a lo que estaba diciendo. Este es el aspecto que ha tomado el panorama político en España desde que el PSOE alcanzó el poder. Anticatolicismo (y todo los valores que van en él), vestido de laicismo y promoción del islamismo. No sé qué empeño tiene el gobierno en hacernos musulmanes. Debe de ser por aquello de la Alianza de las Civilizaciones (aunque probablemente ahora con los tomahawks esté un pelín deteriorada)…
El caso es que aún estos días turbios de adoración de la muerte, podemos seguir teniendo esperanza en la vida, debemos tener esperanza y alegría por vivir y debemos contagiárselas al mundo.
40 DIAS POR LA VIDA ha salido a la calles a rezar por la vida. A rezar por las personas que tienen en sus manos una vida humana, porque tomen la mejor decisión posible, porque apuesten por la vida, no por la muerte. Y claro, como el clima es el que es, ha faltado tiempo para que en España se produzcan incidentes. Las oraciones hacen efecto, las conciencias se mueven. Se salvan vidas, y eso algunos lo llevan muy mal.
El engaño de los pro-muerte se vio aún no hace mucho destapado. Cuando en Texas el congreso aprobó la medida de «que todas las mujeres que quieran abortar se sometan a ultrasonidos 24 horas antes del aborto y vean los resultados«, les faltó tiempo a los pro-muerte de poner el grito en el infierno y empezar a hablar de abusos. Como siempre, señalando la paja en el ojo ajeno, mientras se olvidan de la INMENSA VIGA de ABUSO que es matar.
Hoy, es el Día Internacional de la Vida.
Si estás en Madrid, o en cualquier otro rincón de España, di SI A LA VIDA este sábado.
Porque siempre hay motivos para dar las gracias por estar vivo.