Los Papeles de Panamá están dando mucho de qué hablar. Y sigo sin ver por qué. Sí, vale. Almodóvar es un jetas que va pidiendo impuestos para los demás mientras él se lleva su dinero a donde no le meta mano Hacienda. Vale, un jetas. ¿Y? De verdad, ¿qué os esperabais de un tipo que pone a una meona en primer plano y os dice que es arte? ¡La culpa es vuestra por hacerle caso! ¡Hay que ser bobos!
Repito sobre esto lo que ya dije en mi anterior post: Mientras todo haya sido hecho acorde a derecho, nada que objetar.
Pero me ocupa ahora estos dos casos particulares de primeros ministros: El islandés y el británico, porque también ocupan las portadas y merecen mención aparte.
El primer ministro de Islandia, Sigurður Ingi Jóhannsson.
El primer ministro de Islandia, Sigurður Ingi Jóhannsson, dimitía esta misma semana tras salir su nombre en la historia de los Papeles de Panamá. Me parece normal. Aunque todo sea legal, este señor no es un señor más: Es el primer ministro de un país. Un señor que por su oficio pide a sus compatriotas que paguen impuestos. Aunque legalmente todo lo hubiera hecho con pulcritud, estéticamente es absolutamente INMORAL que el primer ministro de tu país se lleve el dinero a otro lado para no pagar los impuestos que a ti sí te pide que pagues.
David Cameron, primer ministro del Reino Unido.
Caso distinto es el de David Cameron, quien parece que también está tocado por la historia de los Papeles de Panamá.
Cuando hablamos de David Cameron, hablamos de un caso completamente distinto; porque hablamos del Reino Unido y de David Cameron; y ambos puntos son determinantes en este asunto.
Por su parte, el Reino Unido es un país CON PARAÍSOS FISCALES. Por si alguno me anda despistado, abajo en el peñón tienen uno de ellos. Por tanto nadie debería rasgarse las vestiduras con que David Cameron, primer ministro de un país con paraísos fiscales ponga su dinero, el de su padre, el de su esposa, sus hijos o su cuñado en el paraíso que estime conveniente. Mientras lo haga acorde al derecho de su país, nada que objetarle.
Me apuntaba, sin embargo, Beatriz Vilar en Twitter:
Y como le contesté en su momento: Bien visto. Sin embargo, no es suficiente para una crítica a David Cameron. Sí, porque aquí es donde entra en juego la componente personal; y es que estamos hablando de David Cameron, el Primer Ministro británico que ofreció ya en su día la nacionalidad británica instantánea cualquiera que abriera cuenta de 5 Millones de Libras en su país. Así al pronto yo diría que esa es una medida propia de alguien que cree en la libre circulación de capitales… Si les parece que me equivoco, no duden en hacerme ver mi error.
Así que salvo caso de hipocresía nadie debería criticar (al menos en el Reino Unido) a David Cameron por llevarse el dinero a donde estime menester, mientras que lo haya hecho siguiendo las pautas legales que dicten las leyes del Reino de La City.