Siguen las obras del Puerto Exterior de Arteixo, al que algunos aún le siguen llamando de «A Coruña». Aún no sé porqué. La Coruña ya tiene un puerto, y en la provincia (si es que esa es la referencia) también Ferrol tiene puerto. Así que, siendo claros y no queriendo faltar a la verdad, el puerto que se está construyendo es el Puerto Exterior de Arteixo o Arteijo, como prefieran.
Cuestiones de municipios aparte, los accidentes se siguen sucediendo en las obras del Puerto Exterior. Ahora, ha caído una nueva grúa. La segunda grúa que se desploma en dos meses.
Pero no sólo con grúas que se caen se escribe el historial de accidentes de la obra, sino con heridos y hasta con muertes. En 2010 un operario resultaba herido, pero incluso antes las obras se han cobrado ya CUATRO VICTIMAS MORTALES. A lo que la ingeniería ya dio su respuesta. Fue el Catedrático Fermín Navarrina, fundador de la Escuela de Ingeniería de Caminos, Canales y Puertos de A Coruña, y que se presenta por AgoraUDC para Rector de la Universidad de La Coruña, quien así tranquilamente allá por el 2006, nos explicaba que los accidentes son inevitables, y que lo importante (pensarían ustedes que lo importante es que puestos a que los haya no sean mortales, pues no, se equivocarían) es que no sean errores. Bueno, pues ya está, explicado. Claro que yo, aunque no soy catedrático de caminos, discrepo frontalmente de aquella opinión suya. Los accidentes serán inevitables, pero afortunadamente no en todas las obras se producen, y mucho menos tantos como lleva esta obra.
Dejando a un lado las cuestiones relativas a la PRL en la obra de Punta Langosteira, el puerto además no está exento de críticas. Ha sido GreenPeace quien en un informe recientemente presentado (Junio 2011), señalaba que:
«Proxectado a tan só 16 quilómetros do idéntico porto exterior de Ferrol» e financiado con 265 millóns pola UE, «a pesar de que os informes técnicos consideraban a localización da obra como a peor das alternativas, debido ás duras condicións oceanográficas deste extremo do Atlántico». Iso elevou o orzamento inicial de 479 millóns de euros a «un custo que podería alcanzar os mil millóns». «O que a día de hoxe parece claro é que nin vai ser un porto refuxio nin de colectores, nin un porto de referencia para o tráfico marítimo mundial nin nada polo estilo».
“se está formando unha burbuxa infraestructural cun exceso de proxectos portuarios sen xustificación económica, pero cun alto custo ambiental e que, en ocasións, están asociados á especulación do chan ou operacións de dubidosa legalidade».
Me pregunto, y creo que es justo preguntarse con independencia de si quien lo dice es Greenpeace o el lucero del alba, si estaremos haciendo con los puertos como ya hicimos con los aeropuertos: Gastarnos el dinero en obras de dudosa rentabilidad económica y social (imagino que para los implicados en el proyecto serán muy rentables) para que después tengamos que empezar a hablar de cerrar puertos y de cierra tu el tuyo que el mío no lo quiero cerrar.