Es alucinante lo de esta panda de idiotas desvergonzados que constituye el PSOE de Zapatero-Rubalcaba. ¡Alucinante! Se han pegado la torta padre en las elecciones. Primero en las regionales, luego en las nacionales pero los tipos como aquel que desde el hoyo proclamaba «yo vivo aquí» siguen erre que erre, raca que raca, con la desmemoria histérica y remover a los muertos de sus tumbas. Así fue el desgobierno zapateril un desastre. Un desgobierno que prestó más atención a la muerte que a la vida, y que ocupó su primera legislatura en cosas tan útiles como la desmemoria histérica en vez de hacer los deberes que tenían que hacer en materia económica, reformas estructurales, etc.
Zapatitos se va a costa de todos los ciudadanos a razón de una pensión vitalicia que al resto de los españoles les costaría 37 años conseguir, como recompensa por los servicios prestados. Me imagino que como poco cuenta con 5.000.000 de razones para merecer tal herencia a cargo del presupuesto público. Pero se va dejando la última pildorita de su estupidez y sectarismo: Un informe chachipiruli hecho de encargo para decir que hay que hacer en el Valle de los Caídos lo que él quería hacer en el Valle de los Caídos y que además, no ha tenido los bemoles de hacer. Eso sí, se lo encasqueta a los siguientes… Muy propio del personaje, que se negó a reconocer la crisis cuando ésta era ya más que evidente y nunca aceptó una sola culpa ni responsabilidad en los pésimos resultados de sus años de confrontación social y ruina económica.
La cuestión que nos atañe va mucho más allá de la oportunidad del momento bajo la presión de la crisis. Se trata de andar removiendo el pasado, un pasado en el que la gente (mal que le pese a quien le pese) no tiene para nada un criterio unánime y sin fisuras. Muy al contrario, existen posturas divididas.
La cuestión no es si el Valle de los Caídos debió ser construido o no en el pasado. La cuestión es que lo fue. Y que ha sido durante décadas uno de los monumentos más visitados del Patrimonio Nacional y cuyo cierre desde 2009 ha generado una pérdida de ingresos de unos 2.650.000 euros en las arcas de Patrimonio.
Algunos señalan que España no debería tener un monumento a un dictador, como no tiene Alemania, por ejemplo. A mí me parece bien cualquier postura que ayude a que España sea un país profundamente democrático. Ojalá nunca hubiéramos tenido un dictador. Y ojalá no hubiéramos tenido una guerra civil. Pero los tuvimos. Y decir que el Valle de los Caídos es un monumento a un dictador es faltar a la verdad. El Valle de los Caídos tal como reza el propio monumento es en memoria a los Caídos por España. Y en él están enterrados contendientes de ambos bandos. A ellos está dedicado el monumento. A partir de aquí se puede discutir sobre el acierto o error del dictador de enterrarse ahí. Pero es falso decir que es un monumento a su persona. Monumentos a su persona había en España unos cuantos, a caballo principalmente por lo que sé, y ya han sido retirados. Otro error por cierto, y ya que hablamos de Alemania podemos recordar que no poca gente se lamenta ahora de haber destruido el tristemente célebre Muro, porque así han eliminado cualquier recuerdo de lo que fue para las generaciones venideras.
Otros países hacen otras cosas, pero también son distintos. Cada uno tiene sus características y creo que además es un serio error confundir el espíritu democrático con ser centrista. Ahora bien, si la vara de medir del espíritu democrático de una parte de la sociedad es el abandono de ideas extremistas entonces convendría recordar que no es la llamada «derecha» la que se encuentra en los extremos, es en la izquierda donde las ideas más extremistas encuentran eco, tal como reflejan los 11 escaños COMUNISTAS, o los 7 de AMAIUR (que me abstendré de calificar). Los trasnochados falangistas, las democracias nacionales y demás grupúsculos radicales de la derecha ni están ni se les espera. No es la derecha española la que tiene que lidiar con los vestigios del pasado, es la izquierda.
Y por cierto, y para terminar, tampoco es verdad que para ser un país moderno haya que acabar con los monumentos del pasado. Primero, conviene recordar que si de eliminar cualquier recuerdo de épocas absolutistas y no democráticas se trata, la historia de todos los países está llena de monarcas que no fueron elegidos por el pueblo. Segundo, porque los monumentos se erigen en un momento determinado con una visión determinada. No dudo que el Monumento a los Caídos de la Marina Mercante en las Dos Guerras – Tower Hill Memorial – que se alza a la salida del metro de Tower Hill pueda ofender aún hoy en día a algunos alemanes que visiten la zona (como poco a aquellos que querrían ir en peregrinación a adorar a Adolf Hitler, aunque sospecho que también a unos cuantos más que tal vez no vean con buenos ojos que se les recuerde lo que su país hizo en el pasado y al precio humano que lo hizo dentro y fuera de sus fronteras), pero ahí está. Y tampoco creo que el objeto de tener abierto al público la Torre de Londres, máximo emblema de la persecución de los ingleses a los católicos, sea el de ofender a éstos últimos, pero el edificio está abierto y la puerta por la que entró Thomas More está perfectamente señalada. A pesar de lo cual, a su Santidad el Papa, Benedicto XVI se le dio un recibimiento propio de un jefe de Estado que no tuvo en esta España tan moderna y postmoderna que lucha por eliminar cualquier recuerdo que le moleste a cierto sector de la población. A lo mejor es por eso, porque ellos no son así, que en ese país se ponen de vez en cuando amapolas en el pecho…
Nota: En 2010 The Poppy Appeal consiguió un nuevo record: 36 millones de libras, 1 millón más que el año anterior.