He sido muy malo en otra vida. Así que voy a hacer penitencia en esta para que para la siguiente no me toque sufrir a las cucarachas podemitas.
Así que ahí vamos, a comentar el magnífico programa de los neozapateristas o neocomunistas o simplemente chavistas que se presentan bajo el símbolo ese entre perrofláutico y logsero de PODEMOS, con los círculos esos a medio camino entre la pulsera chorra y el maragato cutre.
Comencemos hoy por su Introducción:
Lo cierto es que la introducción de este programa marco para las autonómicas de 2015 es toda una declaración de principios aderezada con todo lujo de frases rimbombantes y memas a más no poder. Pero declaración de principios al fin y al cabo.
Termina el primer párrafo con la majadería número N: «conscientes de la fuerza del futuro». ¿El futuro es fuerte? ¿Alto, guapo y de ojos azules? ¿Brad Pitt es el futuro? Y acto seguido, tras un par de referencias a la cultura pop con frases de Einstein incluidas, está tecleada letra a letra la mayor declaración de principios hecha por un político jamás escrita:
Somos distintos, pensamos distinto, actuamos de forma distinta. Ahora bien, ¿necesita nuestro país enormes dispendios, inversiones faraónicas? ¿Necesitamos acaso inventar la pólvora? Lo cierto es que no. Tenemos instituciones que contemplamos con orgullo; ya hay mucho camino recorrido. Tenemos las piezas, pero falta ordenarlas, ajustarlas, equilibrarlas.
No sé si en algo de esto estaba pensando Rajoy cuando dijo aquello de la «gente normal»; pero es que estos se autoproclaman «distintos», es decir, MEJORES; o la superioridad de la raza podemita. Lo que ya, así de entrada, da muchísimo miedo.
Luego continúa con una frase que aterra por sí misma donde se iguala el dispendio a la inversión y se niega la necesidad del esfuerzo inversor. ATERRADOR. Y a continuación sentencia: Somos como las langostas. Hemos venido para aprovecharnos de vuestro trabajo. «Tenemos las piezas, pero falta ordenarlas, ajustarlas, equilibrarlas».
De todo lo que viene a continuación no diré palabra, no necesita interpretación alguna. Claros y transparentes, incluso orgullosos de sus orígenes totalitarios, la Introducción afirma: «Tenemos la ventaja de no tener que utilizar nuestro programa para intentar disimular lo que de verdad somos, porque está claro quiénes somos, de dónde venimos y hacia dónde caminamos».
Pero hay una frase que merece una especial consideración:
¿Qué implica que este programa lo defienda una herramienta como Podemos?
Es decir, PODEMOS es una herramienta. No, no es ningún error. Está claro cuál es el significado. Está claro cuál es el origen, cuál es el camino y cuál es el fin. PODEMOS es sólo una herramienta para lograrlo.
Y tras esto cierra la introducción con una presentación de todo lo que después va a desarrollar. SETENTA Y CUATRO páginas con portada, contraportada y portadas intermedias para 215 propuestas entre el vacío más existencial de significado y el abismo más aterrador.
No prometo comentar una a una todas las «propuestas» porque no sé si tendré tanto tiempo (tampoco creo que merezca la pena), pero iremos viendo algunas; que luego no me digan que no se lo advertí.
De momento, advertidos quedan de las intenciones.