La Secretaria General del PP, María Dolores de Cospedal, ha pegado el pistoletazo de salida para la cuenta atrás de las generales anunciando que si el PP gana las elecciones europeas presionarán para adelantar las elecciones generales.
Es una apuesta arriesgada, en la que ya fracasó Zaplana, cuando en 2004 anunciaba que Zapatero no terminaría la legislatura y en 2008 todo el equipo del Partido Popular tuvo que ver como no sólo sí había concluido la legislatura sino que había, además, absorbido todos los votos a la izquierda del PSOE consolidándolo como una fuerza política todavía más poderosa que antes; pero que cuenta ahora con un probable nuevo panorama mejorado en el que los nacionalismos le darían la espalda a Zapatero.
Pero es una apuesta fuerte, que tiene por objeto reafirmar el liderazgo de Rajoy tanto fuera del partido, como dentro. Fuera, ante los socialistas y nacionalistas con la clara finalidad de atacar la moral del adversario aprovechando las dudas e incertidumbres que los malos resultados han generado en el seno de los respectivos partidos. Dentro, reavivando los ánimos de los que ya han votado para que no se extienda la confianza ante este primer éxito, animando al voto a los indecisos, y reteniendo el voto de aquellos que estaban dispuestos a castigar a Rajoy a través de Mayor Oreja, extraña estrategia que consiste en castigar al «PP de siempre» que representa Mayor Oreja, con el supuesto fin de castigar al «nuevo PP». La verdad… Como para no gritar aquello de ¡están locos estos romanos!